La vida es un instante: viaja más con presupuestos pequeños
Al final de la vida, lo importante no es cuánto dinero se acumuló, sino cuánto se viajó.
No se necesita abundante dinero para una gran aventura; probablemente sólo algunas monedas para el transporte, siempre y cuando ya se tenga en mente el destino y las ganas de emprender el viaje.
De eso se trata la vida. De tentar a la realidad y las reglas que la gente mayor nos ha impuesto. La verdad es que no hay muro que nos detenga y el dinero, eso solo eso, un valor monetario.
Y es que al final de la vida, lo importante no es cuánto dinero se acumuló, sino cuánto se viajó.
Por eso te compartimos algunos consejos que te demostrarán que es mejor ser joven a tener los bolsillos llenos.
Obligatorio: conocer más personas
Es más importante conocer otras personas y generar conexiones, que tener plata en la bolsa. El dinero probablemente te ayudará por algún tiempo, pero se acabará. La gente te ayudará a llegar más lejos en tu travesía de viajar.
Así tal vez se puede conseguir un lugar donde dormir durante unos días y un poco de comida o dinero extra.
Puedes dormir en cualquier lugar
Cualquier lugar es confortante para dormir. Un sillón viejo, una cabaña en la playa, un auto o un hotel cinco estrellas. Además, la vida comienza cuando el sol se oculta. Viajar es vivir las 24 horas de día.
El alcohol barato no mata, pero si emborracha
Cuando se viaja a lugares donde se originaron bebidas tradicionales, más agresivas (o baratas), conocer sus sabores no causará daño al organismo. Aunque, es mejor hacerlo con las bebidas de nuestras tierras a hacerlo con algún alcohol importado, desconocido.
Mejor experiencia que comodidad
Cuando el presupuesto es limitado, nuestra mentalidad es distinta y los destinos que elegimos son aquellos que están en medio de un bosque, la selva o las montañas. Aunque la comodidad es poca en esos lugares, la experiencia supera a aquellos otros puntos turísticos a donde todo el mundo va.
El dinero te separa de la realidad (lastimosamente)
¿Para qué tener todo el dinero del mundo y hacer un viaje artificial donde las comodidades no te dejan conocer el verdadero espíritu de la tierra y otras culturas?
Si no, cuál es el chiste de viajar tanto para pasar todo el día en un hotel idéntico al que tenemos en la ciudad.
Viajar ligero se vuelve un estilo de vida
Cuando se viaja ligero uno aprende a desprenderse de objetos materiales, no sólo durante el viaje, sino durante toda la vida. Para qué vestirnos de algo pasajero o comodidades, esas cosas vienen y se van en un abrir y cerrar de ojos.
Puedes salir de fiesta y despertarte temprano para seguir viajando
Donde quiera que nos encontremos debemos recordar que todas las noches hay una fiesta, sólo hay que saber buscarla. Uno de los principales objetivos de viajar es conocer, tanto lugares como personas.
Aprendes a no necesitar tantas cosas materiales
Tal vez sea la lección más importante. En una sociedad donde todo consiste en comprar objetos, se perdió el sentido de disfrutar aquello que es inmaterial y más placentero. No es necesario tener una cartera llena de billetes para sonreír, porque la felicidad no se esconde en los objetos, sino en la noche, el día, las calles, la compañía, el ocaso y las estrellas. Estas cosas no se pueden negociar, son libres para todos aquellos que quieran tomarlas.