Las prostitutas van por el Oro a Río de Janeiro
La cama muchas veces también representa un esfuerzo olímpico. Así lo describen un grupo de prostitutas que llegan a Río de Janeiro.
Mujeres de todo Brasil viajaron hasta Río de Janeiro para prostituirse y para poder generar un aporte económico a su familia, cuentan el otro lado de los Juegos Olímpicos 2016, lejos de los estadios y las miradas del mundo. Brasil, atraviesa su peor crisis en los últimos 80 años. Pero la prostitución es de los empleos más redituables.
Atraídas por los turistas que llegarán a los Juegos y la oferta de un club recién reabierto, dejaron familia, hijos y estudios para intentar hacerse de una pequeña fortuna durante el evento.
Algunas mujeres llegan a Río buscando una oportunidad de trabajo y otras fueron reclutadas por empresarios de la noche que manejan un club que ofrece placer a los que visitan la ciudad olímpica este mes.
María tiene 24 años y odia su trabajo, pero necesita pagar sus facturas. Su sueño es graduarse en la universidad como auxiliar de autopsia y continuar estudiando en el extranjero. Decepcionada con la promesa de dinero que la trajo a Río, abandonó tras cinco días la ciudad. "Solo vuelvo a Río para pasear", dijo.
Sin embargo, otras se quedan. En un apartamento, situado en el rico barrio de Jardín Botánico y pagado por los gerentes de un club de prostitución, conviven 13 mujeres en búsqueda de un futuro para cumplir sus sueños.
La oferta que estas mujeres recibieron incluía el viaje de ida para Río, alimentación, transporte y hospedaje gratis. A cambio, están obligadas a trabajar en un club ocho horas por día, de lunes a viernes, hacer que los clientes consuman y acostarse, cada noche, con el mayor número de hombres posible.