Los más curiosos mecanismos de defensa del cuerpo humano


La piel de gallina, el bozteso, el hipo, los dedos arrugados en el agua. Estos son algunos mecanismos de defensa del cuerpo que te vamos a explicar.

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Durante siglos y milenios de evolución, nuestro organismo se ha ido adaptando a las condiciones que nos presentaba el mundo exterior y lo sigue haciendo constantemente.

 
Estas cualidades de adaptación han hecho que hoy en día podamos presumir de un verdadero abanico de mecanismos que nos sirven como defensa contra posibles agentes agresores que esperan allí fuera a cualquier error nuestro para adentrarse y consumirnos vivos desde dentro.

Bueno, a lo mejor nos hemos pasado ligeramente con la descripción de los agentes agresores, pero la idea ha quedado clara. Nuestro organismo ha tenido que proteger su equilibrio interno de posibles condiciones y patógenos que pudieran alterarlo.

1. Piel de gallina


Este mecanismo es uno de los más básicos, más frecuentes y mejor conocidos. La piel de gallina es algo que tenemos todos cuando sentimos mucho frío, o también cuando nos emocionamos (recordamos todos la famosa frase que la buena música se reconoce por producir piel de gallina). Sin embargo, la piel de gallina tiene su función que parte de la necesidad de sobrevivir. Tiene como objetivo liberar el calor del cuerpo a través de los poros de la piel.

2. El bostezo

Es algo que todos conocemos perfectamente y que tiene un sentido propio y único, aunque por lo común ni siquiera nos damos cuenta de su presencia. Cuando trabajas mucho, estás estresado o no has dormido lo suficiente, la temperatura del cerebro incrementa. Con ayuda viene el bostezo. Lo que hace es obligarte a inhalar más aire para poder ventilar el cerebro y disminuir su temperatura. Por si fuera poco, las vías respiratorias se dilatan, los músculos se relajan y el organismo recibe una bomba de oxígeno que la sangre puede transportar. Si esto no ayuda, empiezan los dolores de cabeza que también muchos conocemos. Todo esto sirve para que el cerebro pueda sobrevivir. ¡Por eso sigue bostezando!

3. El hipo

El hipo es uno de esos mecanismos que por lo común nos enfadan por ser molestos. Nos inventamos cientos de ideas para librarnos de él, incluyendo contar de cien a cero, mantener la respiración o dar un susto desprevenido. De lo que nos olvidamos es que este síntoma nos puede salvar la vida, pues es una respuesta del organismo a algún problema digestivo que puede haber. Pero tranquilo, de eso casi nadie se muere, simplemente para de comer, mastica con más cuidado o toma trozos más pequeños que logren pasar sin problemas por el esófago. De lo contrario, irritarás el nervio vago y... ¡nunca más se te irá el hipo!

¡Por ahora hemos hablado de los mecanismos más conocidos, pero no te pierdas otros mecanismos mucho más extraños e interesantes!

4. El estornudo

Este otro mecanismo también es muy común, especialmente para los que tienen cualquier tipo de alergia. El estornudo tiene que ver con los agentes patógenos que pueden llegar hasta la nariz y el sistema respiratorio. Entonces hay que activar un sistema que ayude a eliminarlos lo más rápido posible. Con la ayuda viene el estornudo. Se activa cuando en la cavidad nasal se acumulan agentes, bacterias o polvo y ayuda a eliminar sustancias que pueden alterar el equilibrio del organismo de la nariz y la garganta. Si quieres un dato curioso, pues toma: la velocidad del aire de un estornudo llega a los 160 km/h. ¿Otro? Vale: Un sólo estornudo puede contener incluso 100 mil bacterias.

5. Crisis mioclónicas

A lo mejor el nombre de este fenómeno te resulte completamente desconocido, pero estamos seguros que es algo que te ha pasado más de una vez. Te describimos en breve: estás en tu cama a gusto y a punto de emprender tu viaje al mundo de los fantásticos sueños, pero de repente tienes la impresión de estar cayendo y te despiertas con una sacudida brusca para descubrir que no te estabas cayendo. Ese mecanismo se llama crisis mioclónica y puede suceder antes de entrar en la etapa del sueño profundo, cuando el cerebro la malinterpreta por un riesgo de muerte. La frecuencia respiratoria disminuye, el pulso se ralentiza y los músculos se relajan y el cerebro lo trata como si estuviera muriendo. Para no dejar que eso pase, en un último esfuerzo manda una sacudida a todo el cuerpo.

6. Dedos arrugados

A todos nos ha pasado y de pequeños a muchos seguramente nos ha gustado. A lo mejor hay incluso adultos que siguen disfrutando cuando los dedos de las manos se arrugan al entrar en contacto con mucha agua. ¿Pero alguna vez te has preguntado para qué sirve esto? Es un gran espectáculo del ingenio de nuestro organismo desarrollado durante años. Cuando estamos en un ambiente muy húmedo, todo se hace más resbaladizo y perdemos agarre. Esta modificación de la piel nos da mayor adherencia.

7. Estirarse

Este fenómeno es un mecanismo de defensa, aunque (tal y como lo hacen las gimnastas) puede ser voluntario. Sin embargo, nuestro organismo por sí solo siente la necesidad de estirarse de vez en cuando, especialmente por las mañanas. El estiramiento es sumamente importante porque prepara los músculos para las actividades físicas que va a hacer. Por si fuera poco, mejora la circulación sanguínea, eleva la temperatura de los músculos y, en términos generales, mejora el estado de ánimo.

8. Pérdida de memoria


Lo creas o no, la pérdida de memoria es un mecanismo que tiene como objetivo protegernos de recuerdos desagradables. Seguramente es más difícil recordar cosas dolorosas del pasado y es porque la psique se protege de esta manera de las preocupaciones y dolores que puedan causar. De la misma manera, si bebes demasiadas bebidas alegres, tus funciones motoras no funcionan como es debido y tu cuerpo se encuentra expuesto a una tremenda sobrecarga y a numerosas amenazas del exterior. Para poder controlar esta situación, el cerebro desactiva las funciones menos importantes para aquel momento, o sea la grabación de recuerdos. Por eso cuando bebes mucho puedes despertarte sin recordar qué pasó la noche anterior.

9. Las lágrimas

Este último ejemplo es también peculiar porque pocas personas saben que son en realidad un mecanismo creado para protegernos. La mucosa de los ojos nos protege de posibles patógenos que puedan entrar en contacto con el ojo, pero son mucho más que eso. También sirven para protegernos de manera emocional. Cuando sentimos gran estrés o dolor emocional, el cuerpo libera lágrimas, creando de esta manera un nuevo centro de irritación en el que la persona se centra más que en el dolor que experimentó anteriormente. En otras palabras, se puede decir que cuando lloramos, disminuimos la sensación de dolor.